Esta publicación también está disponible en: English Français العربية فارسی Русский Türkçe
¿Cómo sabemos que los campos de la Operación Reinhard eran campos de exterminio, no de tránsito?
Los negacionistas del Holocausto argumentan lo siguiente:
Los campos de la muerte de Treblinka, Sobibor y Belzec de la Operación Reinhard no eran campos de exterminio, sino que eran de tránsito. Allí, los nazis procesaban a los judíos para transportarlos hacia el este para realizar trabajos forzosos.
Por ejemplo, Mark Weber, un negacionista estadounidense del Holocausto, escribe: “El análisis de las pruebas indica que Treblinka II —así como Belzec y Sobibor— era un campo de tránsito, donde se despojaba a los judíos deportados de sus bienes y objetos de valor antes de que se los transfiriera hacia el este, hacia los territorios soviéticos ocupados por los alemanes”.[1]
Los hechos son:
Los documentos nazis indican que Treblinka, Belzec y Sobibor eran campos de exterminio. Allí, los nazis y sus colaboradores asesinaron a cerca de 1,400,000 judíos procedentes de toda Europa.
El sistema ferroviario alemán:
El Reichsbahn (el sistema ferroviario de la Alemania nazi) fue una de las mayores organizaciones de la Alemania nazi. En 1942, empleaba a 900,000 trabajadores y 500,000 funcionarios públicos, que administraban 850,000 vagones de carga por día. El sistema completo se controlaba desde Berlín, con tres oficinas regionales, diversas oficinas subregionales e innumerables estaciones de tren en toda Europa. Los complicados preparativos para los trenes de deportación comenzaban en Berlín y requerían la coordinación de varios departamentos. El material rodante —locomotoras, vagones de carga y de pasajeros— debía requisarse y montarse en trenes. Los horarios de los trenes debían ser lo más exactos posibles. Era necesario informar a las oficinas regionales y a las estaciones locales en la ruta hacia el destino final.[2]
Además, los trenes necesitaban protección policial. Las escoltas policiales —un oficial y al menos 12 hombres— estaban compuestas de, o bien alemanes, o bien milicianos colaboradores de las tierras que atravesaban los transportes. Quedaba un registro escrito de los hombres que estaban formalmente asignados a la protección de los trenes durante el trayecto. Además, los guardias alemanes nazis que acompañaban cada tren solían enviar informes a Berlín sobre el viaje. Algunas de nuestras pruebas del asesinato en masa provienen de estas fuentes de trámites burocráticos.[3]
Los nazis no siempre fueron coherentes en cuanto a la documentación de los judíos transportados. En Polonia, no inscribían los nombres de cada persona deportada en un transporte. Esta práctica era directamente opuesta a las operaciones nazis en algunos países ocupados de Europa Occidental, como Francia y los Países Bajos. Muchos transportes de Europa Occidental registraban a los prisioneros judíos por su nombre. De todas formas, el resultado monetario era el mismo; como las SS debían pagar tarifas de un solo trayecto por cada judío transportado y boletos de ida y vuelta por los guardias, los nazis debían hacer cálculos exactos de los pasajeros, incluso en Polonia. A pesar del tiempo que exigía el control minucioso de los números, el sistema de transporte nazi mejoró su eficiencia con el tiempo. Durante su juicio en Jerusalén en 1961, Adolf Eichmann denominó al proceso de transporte nazi en su conjunto como una “ciencia en sí misma”.[4]
¿Qué sabemos sobre el transporte a los campos de la Operación Reinhard?
En función de los documentos ferroviarios que han sobrevivido, los nazis etiquetaron los transportes de deportación judía como ‘Sonderzug’ (‘trenes especiales’) y desarrollaron códigos alfabéticos para asegurarse de que esos transportes fueran fáciles de identificar. Cuando los soviéticos descubrieron algunos de estos registros de tren, entre ellos muchos relacionados con los transportes judíos, se los llevaron a la Unión Soviética, donde aún no se han estudiado en profundidad. No obstante, los estadounidenses y los británicos capturaron otros documentos de transporte y correspondencia sobre los trenes. Estos documentos primarios indican que los tres campos de la Operación Reinhard no eran de tránsito, sino que constituían el destino final de una vasta cantidad de judíos polacos y de Europa Occidental. Estos son algunos de los documentos:
Con fecha de 27 de julio de 1942: una carta de Albert Ganzenmüller, Secretario de Estado del Ministerio de Transporte, dirigida a Karl Wolff, jefe del personal privado de Himmler. Señala: “Desde el 22 de julio, ha partido diariamente una carga de tren con 5,000 judíos desde Varsovia hacia Treblinka, vía Malkinia, además de una carga de tren con 5,000 judíos que ha partido dos veces por semana desde Przemysl con destino a Belzec…”.[5] No hay documentos ni anexos que mencionen otros destinos hacia los cuales los nazis podrían haber enviado prisioneros.
Del 26 al 28 de septiembre de 1942, el Ministerio de Transporte alemán celebró una conferencia en Berlín. Los documentos de esa reunión incluyen el tema de la “Evacuación de los judíos polacos”.De las notas se desprende lo siguiente:
2 trenes diarios desde el distrito de Varsovia hacia Treblinka;
1 tren diario desde el distrito de Radom hacia Treblinka;
1 tren diario desde el distrito de Cracow hacia Belzec;
1 tren diario desde el distrito de Lvov hacia Belzec.
Además, una vez completadas las reparaciones de la línea Lublin-Chelm, se anticipaba lo siguiente:
1 tren diario desde el distrito de Radom hacia Sobibor;
1 tren diario desde el distrito norte de Zullon hacia Belzec;
1 tren diario desde el distrito central de Lublin hacia Sobibor.[6]
No se mencionan otros transportes desde estos destinos hacia el este. Estos documentos demuestran que los funcionarios de transporte nazi consideraban que Treblinka, Sobibor y Belzec eran el final de la línea de los deportados judíos.
Personal de las SS en Belzec (1942). Véase la página para conocer el autor [dominio público], a través de Wikimedia Commons
Como si lo anterior no fuera suficiente evidencia condenatoria, un documento titulado “Ferrocarriles del Reich alemán”, con el subtítulo de “Trenes especiales para los reubicados”, enumeraba transportes del 13 de enero al 28 de febrero de 1943. Los transportes en cuestión iban a Auschwitz y Treblinka, entre diversos otros guetos y campos. El documento menciona la fecha, el código especial del tren, el lugar de origen, la hora de salida, el destino y la hora de llegada. La lista incluye cinco transportes de Bialystok (Polonia) a Treblinka entre el 9 y el 13 de febrero de 1943. Cada día, estaba programado que un tren saliera de Bialystok a las 9:00 a. m. y llegara a Treblinka a las 12:10 p. m. Después de descargarlo y limpiarlo, el tren partía de Treblinka unas ocho horas después y regresaba a Bialystok para la 1:30 a. m. Se utilizaba el mismo tren para el transporte del día siguiente de las 9:00 a. m.[7] Al igual que los otros documentos primarios, ninguno de los documentos sobre los trenes de Bialystok a Treblinka incluyen mención alguna sobre llevar a los judíos más hacia el este que este destino. En cambio, los trenes realizaban reiterados viajes solo entre Bialystok y Treblinka durante esa época: partía lleno y regresaba vacío. Además, es importante destacar que enviar a los deportados de Bialystok a Treblinka en realidad constituye enviarlos al oeste, no al este. En otras palabras, los nazis enviaban a los judíos a una ubicación en dirección opuesta del supuesto reasentamiento. Bialystok estaba en la frontera del territorio soviético ocupado por los alemanes. Si estaba en juego el reasentamiento de la mano de obra forzada más hacia el este, era mucho más fácil enviar a los judíos de Bialystok directamente desde esa ciudad al este. Se enviaba a los judíos de Bialystok en la dirección equivocada, a diferencia de lo que alegan los negacionistas del Holocausto. Estos transportes iban hacia el corazón de Polonia porque los nazis establecieron allí un sitio de asesinato con una ubicación conveniente.
Otro documento con fecha de 26 de marzo de 1943: Un horario de tren titulado “Cronograma de transporte n.º 567” detalla un “tren especial” que transportaba 2,000 “reasentados” judíos. De nuevo, el destino era Treblinka. Para los judíos de estos transportes, no había nada más al este de esta ubicación.[8]
12 de abril de 1943: La Policía militar alemana compiló un informe detallado del transporte de 2,400 judíos de Yugoslavia a Belzec. Se detallan con extrema precisión los lugares y los horarios en los que el tren se detuvo durante el viaje. El informe concluye: “Se llegó al destino final, Treblinka (el campo), el 5 de abril de 1943 a las 07:00 a. m.…”.[9]
No puede quedar más claro: “destino final, Treblinka”.
Evidencia corroborante:
Como ya se mencionó, muchos transportes con judíos de Minsk, Vilna, Lvov, Hrubieszow, Stanislawow y Zamosc (por solo mencionar algunas localidades) viajaron hacia el este, con dirección a ubicaciones específicas del interior de Polonia. Las ciudades de Minsk, Vilna, Lvov, Hrubieszow, Stanislawow y Zamosc, entre otras, ya estaban en la frontera de los territorios antes sometidos al dominio de la Unión Soviética. Si bien los nazis podrían tranquilamente haber enviado a los judíos de estas ciudades a unos kilómetros más hacia el este para llegar al antiguo territorio soviético, decidieron, en cambio, transportarlos hacia el oeste por tren y enviarlos a cientos de kilómetros o más hacia el corazón de Polonia.
Jürgen Stroop, el general de las SS que acalló el alzamiento de los judíos de Varsovia (abril de 1943), envió una serie de informes diarios detallados a Berlin. El 24 de mayo de 1943, entregó su último informe, en el que enumeró sus triunfos en la liquidación del gueto de Varsovia:“Del total de 56,065 judíos capturados, unos 7,000 fueron destruidos directamente en el transcurso de la gran operación en el antiguo barrio judío. Se destruyó a 6,929 judíos mediante su transporte a T II, lo que produce un total de 13,929 judíos destruidos. Además de esta cifra de 56,065, se calcula que se eliminaron entre 5,000 y 6,000 judíos en explosiones o incendios”.[10] Al decir “se destruyó a… judíos mediante su transporte a T II”, Stroop indica que casi 7,000 judíos del alzamiento fueron ejecutados en Treblinka, designado con el código ‘T II’. Queda claro que los judíos a los que Stroop envió a Treblinka fueron “destruidos”, no transportados más hacia el este.
Ausencia de documentos o testigos presenciales que atestigüen que los judíos se enviaban más hacia el este:
No hay testimonio alguno ni de los perpetradores alemanes, ni de los judíos sobrevivientes, ni de los vecinos locales, que sugiera que los nazis enviaron a los judíos más hacia el este una vez que ponían un pie en los campos de la Operación Reinhard. Tampoco se ha encontrado indicio alguno de los cerca de 1,400,000 judíos que supuestamente se enviaron a la Unión Soviética. ¿Dónde eran acogidos? ¿Cómo se los alimentaba? ¿Se construían campos para ellos? ¿Se los forzaba a vivir en guetos o se los empujaba a entrar en contacto con las poblaciones locales? ¿Por qué no necesitarían los objetos que los nazis les habían robado para sobrevivir o trabajar —ropas, anteojos y otras pertenencias necesarias? No hay ni un solo documento ni un solo ciudadano ruso que haya mencionado el reasentamiento de unos 1,400,000 judíos desnudos e indigentes, número que incluye más de cien mil judíos de países de Europa Central y Occidental. Los judíos de ciertos países, como Francia, los Países Bajos y Alemania, habrían constituido una subcomunidad considerable (y evidente); muchos de ellos habrían resaltado entre las poblaciones vecinas eslavas de Europa Oriental, con diferencias tanto lingüísticas como culturales. No existe informe de una situación similar.
En comparación, en el otoño de 1938, los nazis expulsaron a unos 17,000 judíos polacos que vivían dentro de las fronteras del Reich. Estos judíos expulsados, a quien el gobierno polaco también les denegó la ciudadanía, vivieron en tierra de nadie en la frontera polaca. Se refugiaron en las localidades fronterizas polacas o establecieron apresuradamente campos de refugiados. La migración y el reasentamiento forzosos de los judíos polacos de Alemania tuvieron miles de testigos, incluidos periodistas, vecinos polacos, los propios judíos polacos, funcionarios gubernamentales, organizaciones de ayuda internacional, fuerzas policiales, entre otros. Aunque es cierto que la guerra complica las comunicaciones, sigue siendo una imposibilidad absoluta que no exista ninguna clase de documentación firme, ningún informe de prensa, ni ninguna declaración de testigos oculares (desde vecinos locales hasta los propios judíos) relacionada con la presencia de más de un millón de judíos supuestamente reubicados, según alegan los negacionistas del Holocausto.
Conclusión:
Es falsa la afirmación de los negacionistas —que Treblinka, Belzec y Sobibor eran campos de tránsito, donde los nazis procesaban a los judíos para llevarlos a campos de trabajo adentrados en la Unión Soviética. La documentación de los propios nazis demuestra que veían estos campos como el “destino final” de los judíos a los que enviaban allí. La idea de que los nazis reubicaron a un millón de judíos en la Unión Soviética es una ficción absoluta de la más alta escala.
NOTAS
[1] Mark Weber y Andrew Allen, “Wartime Aerial Photos of Treblinka Cast New Doubt on ‘Death Camp’ Claims” en http://www.ihr.org/jhr/v12/v12p133_Allen.html.
[2] Raul Hilberg, The Destruction of the European Jews, Volume II (Holmes & Meier, 1985), pp. 411-416.
[3] Yitzhak Arad, Belzec, Sobibor, Treblinka: The Operation Reinhard Death Camps (Indiana University Press, 1987), p. 145.
[4] Raul Hilberg, The Destruction of the European Jews, Volume II (Holmes & Meier, 1985), p. 416.
[5] Yitzhak Arad, Belzec, Sobibor, Treblinka: The Operation Reinhard Death Camps (Indiana University Press, 1987), p. 51.
[6] Yitzhak Arad, Belzec, Sobibor, Treblinka: The Operation Reinhard Death Camps (Indiana University Press, 1987), p. 52.
[7] Raul Hilberg, editor, Documents of Destruction: Germany and Jewry 1933-1945 (Quadrangle Books, 1971), pp. 106-111.
[8] Stephen Potyondi, “Ziel Treblinka/’Final Destination Treblinka’” en https://ia600300.us.archive.org/12/items/ZielTreblinkafinalDestinationTreblinka/MicrosoftWord-Document1.pdf. Véase también a John C. Zimmerman, Holocaust Denial: Demographics, Testimonies and Ideologies (University Press of America, 2000), p. 19 que cita a Janusz Gumkowski, Poland Under Nazi Occupation (Varsovia, 1961), pp. 64, 65.
[9] Yitzhak Arad, Belzec, Sobibor, Treblinka: The Operation Reinhard Death Camps (Indiana University Press, 1987), p. 145.
[10] Sybil Milton, traductor, The Stroop Report: The Jewish Quarter of Warsaw Is No More! en http://phdn.org/archives/holocaust-history.org/short-essays/index.html