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Toma horas quemar a un cuerpo en un crematorio civil. ¿Como es posible que los hornos de Auschwitz-Birkenau cremasen a casi 900,000 víctimas en dos años?
Los negacionistas del Holocausto argumentan lo siguiente:
Hacen falta varias horas para cremar un solo cuerpo en un crematorio civil, por lo tanto. no es posible que se incinerasen los cuerpos de 900,000 judíos en Auschwitz-Birkenau.
En el informe Leuchter, el negacionista del Holocausto Fred Leuchter teorizó que, como un crematorio civil puede cremar un cuerpo en 1,25 horas, o 19,2 cuerpos en 24 horas, solo se pueden haber incinerado 85,092 cuerpos en Auschwitz-Birkenau desde fines de 1941 hasta fines de 1944.[1]
Los hechos son:
En Auschwitz-Birkenau, las autoridades no respetaban a los muertos ni tampoco las reglas civiles de cremación. Incineraban varios cuerpos a la vez y el proceso era continuo. Hacer un paralelismo entre las cremaciones de Auschwitz-Birkenau y las cremaciones civiles no produce una comparación válida.
¿Cómo es el proceso de cremación en el mundo civil?
En un crematorio civil, de conformidad con las leyes y el respeto por los muertos o sus familias, cada cuerpo se crema de forma individual para luego poder recoger las cenizas y entregarlas a la familia.
El horno del crematorio civil se calienta y se enfría para cada cremación. Estos hornos de cremación también se limpian luego de cada uso. El cuerpo suele quemarse en un ataúd o recipiente similar, que retrasa el proceso de incineración. En promedio, hacen falta dos o tres horas para llevar a cabo cada cremación, según el horno y el cuerpo que se crema.[2]
El proceso de cremación en Auschwitz-Birkenau:
En Auschwitz-Birkenau, las autoridades del campo nazi no tenían respeto alguno por los muertos ni necesitaban tener en cuenta las reglas civiles de cremación. Los hornos se llenaban con cuantos cuerpos pudieran entrar en él. Por ejemplo, los hombres en los Sonderkommandos debían combinar los cuerpos más gordos, con los ‘Muselmänner’ esqueléticos y los niños. Esto se hacía para quemar la mayor cantidad de cuerpos en la menor cantidad de tiempo; ponían los cuerpos en los hornos en forma continua. El resultado era muy eficiente: se necesitaba muy poco combustible para mantener el proceso durante días. Los testimonios sugieren que los hornos se usaban sin interrupciones. Henryk Mandelbaum, un Sonderkommando en Auschwitz-Birkenau, declaró que “…el crematorio [funcionaba] a todo vapor y el personal de cada turno se quedaba allí hasta que llegara el próximo Kommando”.[3]
Auschwitz I Crematorio. Cortesía de Arie Darzi para honrar la memoria de la comunidad judía en Grecia. Por אריה דרזי, ARIE DARZI (http://yavan.org.il/pws/gallery!296) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], a través de Wikimedia Commons.
Testimonio de la cremación de varios cuerpos a la vez:
Henryk Tauber, un miembro de un Sonderkommando que trabajó en varias de las cámaras de gas de Birkenau, declaró después de la guerra: “Trabajábamos en dos turnos, un turno de día y uno de noche. En promedio, incinerábamos 2,500 cuerpos por día”.[4] Tauber también describe cómo se llenaban las muflas con varios cuerpos:
El procedimiento era poner el primer cuerpo con los pies hacia la mufla, apoyado sobre la espalda y mirando hacia arriba. Luego se colocaba un segundo cuerpo encima, también hacia arriba, pero con la cabeza hacia la mufla… Teníamos que trabajar rápido, porque los cuerpos que poníamos primero empezaban a arder rápido, y sus brazos y piernas se elevaban. Si íbamos lento, era más difícil cargar la segunda tanda de cuerpos…
Quemábamos los cuerpos de los niños con los de los adultos. Primero poníamos dos adultos, luego todos los niños que entraran en la mufla. A veces eran casi cinco o seis. Seguíamos este procedimiento para que los cuerpos de los niños no estuvieran directamente sobre las rejillas, que estaban bastante alejadas. Así evitábamos que los niños se cayeran al contenedor de ceniza. Los cuerpos de las mujeres se quemaban mucho mejor y más rápido que los de los hombres. Por esto, cuando una carga no se estaba quemando bien, metíamos un cuerpo de mujer para acelerar la combustión.[5]
En general, quemábamos cuatro o cinco cuerpos a la vez en una mufla, pero a veces cargábamos más cuerpos. Podíamos cargar hasta ocho ‘Muselmänner’.[6]
Filip Müller, otro miembro de un Sonderkommando que cremaba cuerpos, confirmó el proceso de cremaciones en masa en sus memorias. Los cuerpos se disponían según
su combustibilidad: los cuerpos de las víctimas bien alimentadas ayudaban a quemar a los más escuálidos. Siguiendo las indicaciones de los Kapos, los portadores empezaban por clasificar a los muertos en cuatro pilas. Las más grandes estaban conformadas sobre todo por hombres fuertes, luego venían las mujeres, los niños y al final una pila de ‘Muselmänner’ muertos, víctimas escuálidas con solo piel y huesos. Esta técnica se llamaba “trabajo exprés”, una designación creada por los Kommandoführers y originada en experimentos en el Crematorio V en el otoño de 1943. El propósito de estos experimentos era encontrar una manera de ahorrar coque [carbón]… Así, los cuerpos de dos ‘Muselmänner’ eran cremados con los de dos niños o los cuerpos de dos hombres bien nutridos eran cremados con los de una mujer escuálida, cada carga tenía tres o a veces cuatro cuerpos.[7]
Testimonio de perpetradores sobre la cremación de varios cuerpos a la vez:
Rudolf Höss, el comandante de Auschwitz-Birkenau, confirmó los testimonios de Tauber y Müller sobre la quema de varios cuerpos en cada mufla: “Según el tamaño de los cuerpos, se podía colocar hasta tres cuerpos en un horno por vez. El tiempo necesario para la cremación dependía de la cantidad de cuerpos en cada retorta, pero en promedio, demoraba veinte minutos”.[8]
Documento principal sobre la cremación de varios cuerpos a la vez:
Las instrucciones adicionales de Topf & Sons (los diseñadores y fabricantes de los hornos) en septiembre de 1941 indicaban que “una vez que la cámara está bien caliente, los cuerpos pueden introducirse uno tras otro en las cámaras de cremación”. Esta carta indicaba que no había que dejar enfriar los hornos.[9]
Las instrucciones de Topf & Sons para sus hornos con doble mufla sugerían que se podía agregar un cuerpo al horno durante los últimos 20 minutos de la cremación anterior. Esto es, se podía agregar un cuerpo al horno antes de que el último cuerpo se hubiese cremado por completo. Las instrucciones dicen: “Ni bien los restos de los cuerpos caen de la parrilla de chamota al canal de recolección de ceniza ubicado debajo, se los debe empujar con la espátula hacia adelante hasta la puerta que permite remover las cenizas. Allí pueden permanecer por veinte minutos más hasta que se consuman por completo… Mientras tanto, se pueden introducir más cuerpos uno tras otro en las cámaras”.[10] Según los cálculos de Topf, esto daría como resultado un ciclo de incineración de 25 minutos para cada cuerpo.[11]
Conclusión:
Comparar el proceso de cremación civil con el proceso utilizado en Auschwitz-Birkenau es erróneo. Las autoridades en Auschwitz-Birkenau dejaron de lado cualquier respeto por los muertos y no cumplieron las normas civiles de cremación. Quemaban varios cuerpos a la vez y seguían añadiendo cuerpos de forma continua para mantener avivado el fuego. Los hornos de cremación en Auschwitz-Birkenau quemaron sin dudas más cuerpos que los 85,092 indicados por Fred Leuchter.
Además, el asunto termina siendo irrelevante; cuando se superaba la capacidad diaria de los hornos, los cuerpos se quemaban en fosas al aire libre.
NOTAS
[1] Robert Jan van Pelt, The Van Pelt Report (“IX The Leuchter Report”) en https://www.hdot.org. Véase también Fred Leuchter, Leuchter Report: The End of a Myth, Table VII (Compiled Hypothetical Maximum Execution and Crematory Usage Rates) en http://www.ihr.org/books/leuchter/statistics.html. (Se usan las cinco primeras cifras para los hornos de Auschwitz-Birkenau y se excluyen las cifras de Majdanek.)
[2] “Cremation”, Wikipedia. Véase también Internet Cremation Society (Cremation FAQs) en www.cremation.org/.
[3] Henryk Mandelbaum, I Was At the Auschwitz Crematorium: A Conversation with Henryk Mandelbaum (Auschwitz-Birkenau State Museum, 2011), p. 43.
[4] Robert Jan van Pelt, The Van Pelt Report (“IV Attestations, 1945-46”) en https://www.hdot.org.
[5] Robert Jan van Pelt, The Van Pelt Report (“IV Attestations, 1945-46”).
[6] Robert Jan van Pelt, The Van Pelt Report (“IV Attestations, 1945-46”).
[7] Filip Müller, Eyewitness Auschwitz: Three Years in the Gas Chambers (Ivan R. Dee, 1979), pp. 98, 99.
[8] Robert Jan van Pelt, The Van Pelt Report (“V Confessions, 1945-47”) en https://www.hdot.org.y Rudolph Höss, Death Dealer: The Memoirs of the SS Kommandant at Auschwitz, editado por Steven Pakuly (Prometheus Books, 1992), p. 45.
[9] John C. Zimmerman, “Body Disposal at Auschwitz: The End of Holocaust Denial” (“Cremation Capacity”) en http://www.phdn.org/archives/holocaust-history.org/auschwitz/body-disposal/.
[10] John C. Zimmerman, “Body Disposal at Auschwitz: The End of Holocaust Denial” (“Cremation Capacity”).
[11] John C. Zimmerman, “Body Disposal at Auschwitz: The End of Holocaust Denial” (“Cremation Capacity”).