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¿Cómo sabemos cuánto oxígeno hay en el gas de escape de un motor diésel?
Los negacionistas del Holocausto argumentan lo siguiente:
Los gases de escape de un motor diésel contienen 18 por ciento de oxígeno, por lo tanto, un ser humano no puede morir por asfixia (falta de oxígeno) y exposición a gases de diésel. Al contrario, el oxígeno mantiene vivos a los seres humanos.
Por ejemplo, Friedrich Berg, un negacionista norteamericano del Holocausto, argumenta que “El principal riesgo para la vida generado por los gases de escape diésel proviene… de los efectos combinados del CO con la menor cantidad de oxígeno”.[1] Luego afirma, contradiciéndose, que hay tanto oxígeno en los gases de escape de un motor diésel que “mantendría con vida a las víctimas atrapadas”.[2]
Los hechos son:
Un estudio científico indica que es posible ajustar un motor diésel para que produzca un contenido bajo de oxígeno, lo que por sí solo, independientemente de la intoxicación por monóxido de carbono, sería fatal.
¿Qué sucede cuando un ser humano queda sin oxígeno?:
La atmósfera a nivel del mar contiene aproximadamente 21 por ciento de oxígeno. Si la cantidad de oxígeno en la atmósfera disminuyera a un valor entre un 10 y un 14 por ciento, una persona vería afectadas sus facultades mentales y sus habilidades motoras. Si la cantidad de oxígeno disminuyera a un valor entre un 6 y un 10 por ciento, una persona tendría vómitos y náuseas, perdería la consciencia o caería en coma. Si la cantidad de oxígeno fuera menor al 6 por ciento, una persona tendría convulsiones y moriría.[3]
¿Cuánto oxígeno contienen los gases de escape de un motor diésel?:
En 1941, dos ingenieros, John C. Holtz y M. A Elliott, realizaron un estudio revisado por pares en el que pusieron en marcha un motor diésel con diferentes relaciones aire-combustible. Estudiaron en particular la composición de los gases de escape en tales condiciones. Holtz y Elliot pudieron producir gases de diésel que contenían menos de 1 por ciento de oxígeno. Lograron este resultado ajustando la bomba de combustible para que inyectara más combustible que las especificaciones estándar.[4] También alcanzaron niveles con 6 por ciento de monóxido de carbono, que de por sí, es letal.
En su falso estudio “científico” de los gases de escape de diésel, el negacionista del Holocausto Friedrich Berg incluye un gráfico del estudio de Holtz y Elliott. Este cuadro indica con claridad que Holtz y Elliot lograron una disminución rápida en el contenido de oxígeno. De todas formas, Berg insiste, de manera poco precisa, en que los gases de diésel siempre contienen 18 por ciento de oxígeno.[5]
Por Lucignolobrescia – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, a través de Wikimedia Commons.
Conclusión:
La afirmación de Berg según la cual los gases de escape de los motores diésel siempre contienen 18 por ciento de oxígeno es falsa. El estudio que Berg cita como prueba demuestra justamente lo contrario: si el motor se modifica y se opera apartándose solo un poco de las especificaciones del fabricante, se puede cambiar fácilmente este porcentaje.
Berg también deja a un lado el hecho de que los nazis pudieron matar a sus víctimas con una mezcla de gases tóxicos. Los motores modificados no solo privaban a la atmósfera de oxígeno, sino también sofocaban a las víctimas por el envenenamiento con monóxido de carbono.
El estudio de Berg parece estar basado, al menos en principio, en datos científicos. Sin embargo, distorsiona, manipula y omite evidencia para llegar a su resultado inevitable: los motores diésel no pueden matar gente. El estudio de Berg supuestamente “demuestra” que las cámaras de gas de Auschwitz no existieron. Esto es falso.
NOTAS
[1] Friedrich Berg, “The Diesel Gas Chambers: Myth within a Myth” (“Carbon Dioxide”?) en http://www.ihr.org/jhr/v05/v05p-15_Berg.html.
[2] Friedrich Berg, “Pat Buchanan and the Diesel Exhaust Controversy” en www.nazigassings.com/PatBuchanan.htm.
[3] Y. Haldane and H.W. Haggard, Noxious Gases (Reinhold Publishing, 1943), pp. 144-45 y J.S. Haldane y J.G. Priestly, Respiration (Yale University Press), pp. 223-24 citado en Berg, “Diesel Gas Chambers” (“Toxic Effects of Carbon Monoxide”) en http://www.ihr.org/jhr/v05/v05p-15_Berg.html.
[4] John C. Holtz and M.A. Elliott, “The Significance of Diesel-Exhaust-Gas Analysis”, Transactions of the ASME (American Society of Mechanical Engineers), 1941, 63(2) en http://cybra.lodz.pl/Content/6253/v63no2_1941.pdf. (Véase páginas 18-26 del pdf, página 98 del artículo original.)
[5] Friedrich Berg, “Diesel Gas Chambers: Ideal for Torture—Absurd for Murder”, (“6. The Diesel Engine, 6.1 Introduction”) en www.nazigassings.com/dieselgaschambera.html.