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¿Cómo sabemos que las parrillas crematorias de los campos de la muerte de la Operación Reinhard usaban rieles ferroviarios estándar? ¿Cómo sabemos que estos rieles eran efectivos como parrillas crematorias?
Los negacionistas del Holocausto argumentan lo siguiente:
Los negacionistas del Holocausto tienden a cuestionar los materiales que los nazis usaron para cremar los cuerpos de sus víctimas, en especial tras el “experimento” llevado a cabo por un negacionista del Holocausto y creador de videos de YouTube conocido como “Denierbud” (“el amigo negacionista” en inglés). En este “experimento”, Denierbud supuestamente demuestra que las llamas de las cremaciones habrían fundido los rieles ferroviarios utilizados en las parrillas. Tras cremar una pierna de cordero en una fogata en la playa, Denierbud observó que su parrilla de metal se había deformado por el calor. Por lo tanto, concluye, las parrillas crematorias de los campos de la muerte de la Operación Reinhard no pueden haber sido reales. Los nazis “habrían usado vigas de aleaciones fabricadas especialmente, diseñadas para soportar mucho peso en condiciones de alta temperatura”.[1]
Los hechos son:
No se puede hacer una comparación realista entre la durabilidad de los rieles ferroviarios estándar y el metal que Denierbud utilizó en su experimento. En vez de utilizar rieles, Denierbud empleó una parrilla de acero inoxidable ligera en su experimento con la fogata en la playa. Los testimonios de perpetradores nazis, como Heinrich Matthes, Karl Streibel, Franz Stangl, y de sobrevivientes judíos, como Thomas Blatt y Samuel Willenberg, indican que se usaron rieles ferroviarios estándar para las parrillas crematorias; su utilización no planteó inconvenientes, ya que nunca se informaron problemas importantes.
Uso de rieles ferroviarios estándar en las parrillas crematorias:
Tanto los hombres de las SS como los sobrevivientes judíos participaron de la construcción y de la operación de las parrillas, y describieron el uso de rieles ferroviarios estándar en las parrillas crematorias:
Heinrich Matthes, comandante del área de exterminio en Treblinka, declaró en el primer juicio por Treblinka en Dusseldorf, Alemania, en 1964:“La cremación se llevó a cabo de tal manera que se colocaban juntos bloques de hormigón y vías ferroviarias. Los cadáveres se apilaban encima de estos rieles. Se ponía maleza por debajo. Se empapaba la madera de combustible. Así, se cremaban no solo los cadáveres nuevos, sino también los exhumados de las tumbas”.[2]
Chil Rajchman (también conocido como Henryk Reichman), sobreviviente judío de Treblinka que trabajaba en el área del campo de la muerte, confirma la descripción que brinda Matthes de las parrillas. Fueron construidas por un “especialista” que llegó al campo para hacer más eficiente el proceso de cremación de cadáveres:“Apoya rieles comunes de hierro, largos y gruesos, hasta un largo de 90 m (295 pies). Se construyen varias paredes de cemento vertido hasta una altura de 50 cm [20 pulg]. El ancho del horno es de un metro y medio [5 pies]”.[3]
Karl Streibel, quien visitó Sobibor hacia finales de 1942, dijo que el “tostador hecho de las vías ferroviarias se apoyaba sobre una base de piedra”.[4]
¿De dónde sacaron los alemanes estos rieles ferroviarios?
Podrían haber obtenido fácilmente los rieles cerca de cualquier línea de tren. Hubieran demorado una eternidad en recibir de Berlín pedidos formales de rieles de “acero de aleación especial”… si es que estos pedidos siquiera existían. Esto era especialmente cierto en tiempos de guerra, cuando este tipo de materiales escaseaba y se requería en otros lugares para objetivos bélicos.
Thomas Blatt, sobreviviente de Sobibor, menciona cómo lo seleccionaron para un grupo de trabajo especial asignado a manipular los rieles: “Wagner nos condujo por las vías del ferrocarril durante cinco minutos, hasta detenerse al lado de un montón de rieles ferroviarios apilados prolijamente… Entonces nos ordenó que levantáramos un riel. Las puertas volvieron a abrirse y regresamos a otro mundo infernal. Avanzamos de forma recta en dirección a Lager III [el área de exterminio] y dejamos los rieles cerca de la puerta. De este modo se reemplazaban las parrillas quemadas de las piras. Me pregunté por qué, con todo su poderío, las SS robaban los rieles de noche. Pero presumí que el inteligente SS Wagner había determinado que esto eliminaba las molestias de conseguirlos por los canales regulares.[5]
Samuel Willenberg transportó rieles ferroviarios en Treblinka: “Unos días más tarde, se detuvo un tren de vagones abiertos con una carga de rieles de hierro. Miete [un guardia de las SS], chillando, ordenó a todos los prisioneros que comenzaran a descargarlos. Con Miete al lado, cargué al hombro el extremo de uno de los rieles y me puse en marcha… Miete nos ordenó que tiráramos el riel al lado de la cerca camuflada que separaba el campo de la muerte y nuestro complejo. Así continuó todo durante varias horas; mientras nos golpeaban y empujaban, cargamos decenas de rieles de hierro —con gran rapidez— desde dos vagones hasta la puerta del área de exterminio”.[6]
De Nieznany/desconocido [dominio público], a través de Wikimedia Commons
¿Los rieles ferroviarios estándar eran lo suficientemente fuertes?
El proceso de utilizar rieles ferroviarios estándar en las parrillas crematorias evolucionó a medida que los nazis aprendieron cuáles serían los mejores materiales para su macabra labor. Paul Stangl, el comandante de Treblinka, relató: “Sé que, al principio, usaban rieles de la vagoneta para construir la parrilla de incineración. Pero resultó que eran demasiado débiles y se doblaban con el calor. Los reemplazaron con rieles ferroviarios reales”.[7] La “vagoneta” a la que se refiere Stangl era una vía de pequeño calibre que se había colocado entre las cámaras de gas y las fosas de entierro. Sobre esta vía, los prisioneros empujaban carros cargados con los restos. Por su parte, los rieles ferroviarios estándar se endurecen en el proceso de manufactura; están diseñados para soportar continuamente el peso de trenes con mucha carga, así como todos los climas. El hecho de que incluso estos fuertes rieles ferroviarios necesitaran reemplazo cada cierto tiempo es evidencia del calor intenso y extendido de las piras.
Conclusión:
No se puede hacer una comparación realista entre la durabilidad de los rieles ferroviarios estándar y las parrillas de acero inoxidable ligeras usadas para simples fogatas en la playa. La especulación y los experimentos fallidos de los negacionistas del Holocausto, tal como el de Denierbud, no tienen valor probatorio. Los testimonios de los hombres de las SS Heinrich Matthes y Karl Streibel; del comandante de Treblinka, Franz Stangl; y de los sobrevivientes judíos Thomas Blatt, Chil Rajchman y Samuel Willenberg demuestran que se usaron rieles ferroviarios estándar para las parrillas crematorias.
NOTAS
[1] “One Third of the Holocaust” en http://www.youtube.com/watch?v=taIaG8b2u8I, aproximadamente a los 03:09 minutos.
[2] Yitzhak Arad, Belzec, Sobibor, Treblinka: The Operation Reinhard Death Camps (Indiana University Press, 1987), p. 174, que cita a Treblinka-Franz, Banda 10, p. 2057.
[3] Chil Rajchman, The Last Jew of Treblinka (Pegasus, 2009), p. 86.
[4] Yitzhak Arad, Belzec, Sobibor, Treblinka: The Operation Reinhard Death Camps (Indiana University Press, 1987), p. 172, que cita a Sobibor-Bolender, Banda 9, p. 1743.
[5] Thomas Toivi Blatt, From the Ashes of Sobibor: A Story of Survival (Northwestern University Press, 1997), pp. 113-114.
[6] Samuel Willenberg, Surviving Treblinka, editado por Wladyslaw T. Bartoszewski, traducción al inglés de Naftali Greenwood (Basil Blackwell, 1989), pp. 107, 108.
[7] Eugen Kogon, Hermann Langbein y Adalbert Rückerl, editores, Nazi Mass Murder: A Documentary History of the Use of Poison Gas (Yale University Press, 1994), p. 135, que cita el segundo juicio sobre Treblinka a Franz Stangl en 1969, StA Düsseldorf AZ: 8 Js 10904/59 (ZSL: AZ: 208 AR-Z 230/59, Vol. 13, fol. 3726).