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    La Operación Reinhard y las fosas comunes: las fosas de Belzec

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    ¿Cuáles son las pruebas de que hay fosas comunes en el campo de la muerte de Belzec?

    Los negacionistas del Holocausto argumentan lo siguiente:

    Las excavaciones de 1997 a 2000, que encontraron y trazaron la ubicación de 33 fosas comunes en el campo de la muerte de Belzec, solo revelaron vestigios de restos humanos completos. Dichos vestigios no evidencian el asesinato en masa, sino el resultado del fallecimiento de los judíos por enfermedades y penurias mientras se los deportaba más hacia el este.

    Los hechos son:

    Los resultados de dos investigaciones independientes, a pesar de tener más de 60 años de separación entre sí, confirman que hay más de “varios cientos de cadáveres” enterrados en Belzec. Estas investigaciones respaldan la conclusión de que unos 450,000 hombres, mujeres y niños judíos fueron asesinados y enterrados en este campo.

    ¿Qué aseguran específicamente los negacionistas del Holocausto sobre Belzec y sus fosas comunes?

    Carlo Mattogno, un negacionista italiano del Holocausto, hace dos grandes afirmaciones sobre las fosas comunes de Belzec. En primer lugar, sostiene que las 33 fosas comunes contienen, “como mucho, varios cientos de cadáveres” (cuerpos no cremados).[1] En segundo lugar, asevera que la cantidad de cenizas y fragmentos óseos en las tumbas es “absolutamente incompatible” con los restos de las 450,000 personas supuestamente enterradas en Belzec.[2] Por último, sugiere que la falta de restos y de cenizas indica que los nazis buscaban reasentar a los judíos más hacia el este, una política que demostraba una “actitud alemana muy severa hacia los judíos”, pero no el asesinato en masa.[3]

    La existencia de las fosas comunes en Belzec: 

    Se han conducido dos investigaciones en Belzec —una en 1946 y la otra entre 1997 y 2000— que demuestran sin lugar a dudas que hay fosas comunes en Belzec.

    La investigación polaca de posguerra:

    En 1946, Czeslaw Godzieszewksi, el juez de instrucción regional del tribunal del distrito de Zamosc, investigó el terreno de Belzec. Los investigadores polacos cavaron 9 zanjas de unos 10 m (33 pies) de longitud y 8 m (26 pies) de profundidad. En ellas, encontraron capas de cenizas humanas de metros de grosor, así como los restos calcinados de cuerpos humanos, partes del cuerpo, cabello de mujer y huesos humanos no incinerados. En tan solo una zanja de 8 m (26 pies) de profundidad, encontraron una capa de cenizas humanas de 3 m de grosor (unos 10 pies).[4]

    La investigación de Kola:

    Entre 1997 y 2000, un equipo de expertos que incluía arqueólogos, historiadores y cartógrafos inspeccionó exhaustiva y científicamente el sitio entero del campo. El Gobierno polaco y el Museo Conmemorativo del Holocausto en Estados Unidos (United States Holocaust Memorial Museum) prestaron su autorización para llevar a cabo la investigación. El equipo estaba liderado por el profesor Andrzej Kola, de la Universidad de Torun, en Polonia. Llevó a cabo el estudio porque las autoridades polacas iban a reemplazar el monumento conmemorativo de Belzec y no querían perturbar las fosas comunes cuando construyeran el nuevo espacio conmemorativo.

    En el transcurso de tres años, el equipo de Kola realizó 2,001 perforaciones del suelo a 5 m (16.5 pies) de separación y con una profundidad de 6 m (20 pies). Perforaron estos agujeros en un patrón cuadriculado que cubría la superficie completa del campo. La investigación de Kola reveló que Belzec era “un gran entramado de fosas comunes”.[5] Ubicaron y midieron 33 fosas comunes, que tenían un volumen total aproximado de 15,840 metros cúbicos, o de 560,000 pies cúbicos.[6]  Actualmente, los sitios de las fosas comunes de Belzec se han cubierto con un campo de piedras conmemorativas.

    Los hechos sobre las alegaciones de Mattogno:

    Alegación 1: las 33 fosas contienen, “como mucho, varios cientos de cadáveres”.

    Carlo Mattogno, negacionista del Holocausto, sostiene que solo las Fosas 3, 10 y 20 de las 33 fosas comunes que encontró Kola contienen una capa superficial de restos no incinerados en el fondo. Determina que “a la única conclusión que se puede llegar” es que “solo [hay] algún que otro cadáver aquí y allá”.[7]  Mattogno oculta a sus lectores varios hechos pertinentes que invalidan sus afirmaciones:

    La Fosa 3 mide 16 m de largo por 15 m de ancho por 5 m de profundidad (unos 52 x 50 x 16 pies).

    La Fosa 10 mide 24 m de largo por 18 m de ancho por 5 m de profundidad (unos 78 x 59 x 16 pies).

    La Fosa 20 se extiende hacia fuera de los límites actuales del campo y, por lo tanto, no se pudo medir por completo. La parte sí evaluada mide 26 m de largo por 11 m de ancho por 5 m de profundidad (85 x 36 x 16 pies).

    Es poco razonable creer que los nazis, con fuertes excavadoras, cavaron tres fosas tan grandes y profundas solo para enterrar “algún que otro cadáver” de los judíos que murieron camino al Este.

    ¿Por qué hay restos humanos no incinerados en las fosas comunes?

    No se puede determinar a ciencia cierta por qué hay cadáveres completos en las fosas, pero hay varias opciones factibles. Una de las razones posibles es que la condición de los cuerpos en el fondo era tan terrible que incluso los nazis no fueron capaces de exhumarlos —aun si los esclavos judíos hacían la sucia labor. Quizás, después de largos meses de exhumar y quemar restos, los nazis querían terminar de una vez por todas e irse de ese lugar miserable lo antes posible. A pesar del afán por eliminar la evidencia del asesinato en masa, dejar algunos cuerpos sin cremar a unos 7.6 m (25 pies) por debajo de la superficie no parecía un gran riesgo.

    Alegación 2: la cantidad de cenizas y fragmentos óseos en las fosas comunes es muy pequeña.

    Mattogno también sostiene que las fosas contienen “solo una capa muy fina de arena y ceniza”, lo que es “absolutamente incompatible con la cremación de 600,000 cadáveres”.[8]  Sin embargo, las capas de ceniza y hueso en las fosas no son “muy fina[s]” para nada. Por ejemplo:

    La Fosa 5 contiene “partes de huesos humanos abarrotadas tan densamente que la perforadora no podía seguir penetrando”. La fosa mide 32 m de largo por 10 m de ancho por 4.5 m de profundidad (unos 105 x 33 x 15 pies).

    La Fosa 6 mide 30 m de largo por 10 m de ancho por 4 m de profundidad (unos 99 x 33 x 13 pies). Contiene “madera carbonizada, y fragmentos y partes de huesos humanos incinerados. En el extremo este de la fosa, el suelo está cubierto de arena gris compuesta de una mezcla de piezas pulverizadas de huesos humanos cremados y no incinerados”.

    Las Fosas 3, 10, 11, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 19, 21, 22, 23, 24, 25, 27, 28, 29, 30, 31, 32 y 33 contienen fragmentos de huesos humanos cremados, cenizas humanas y madera carbonizada.

    La Fosa 14 es la más grande del campo.  Contiene “piezas quemadas de huesos humanos y fragmentos de madera carbonizada, mezclados con tierra arenosa gris hasta una profundidad de 5 metros”.  Esto equivale a una profundidad de 16 pies. Diga lo que diga Mattogno, una capa de ceniza con 5 m (16 pies) de grosor no es “fina”.

    Las cenizas y los restos óseos no se encuentran solo en las fosas. El equipo de Kola los descubrió mezclados con arena en la superficie del suelo.[9]

    ¿Por qué no se ha exhumado la totalidad de los restos humanos?

    Mattogno se queja de que sus interrogantes tendrían una simple respuesta mediante la exhumación correcta y rigurosa de los sitios; en su opinión, esto zanjaría la cuestión de una vez por todas. Sin embargo, la meta de Kola no era la exhumación. En su lugar, estaba trazando la ubicación de las fosas comunes en previsión de la construcción del nuevo monumento conmemorativo en Belzec. Aun si su objetivo hubiera sido la exhumación completa, no habría sido capaz de lograrlo porque al menos una de las fosas comunes más grandes se extiende por fuera de los límites actuales del campo. Se extiende hacia terrenos privados y no se pudo investigar.

    Además, ciertos líderes religiosos se opusieron a que siquiera se realizara la investigación, ya que sentían que perturbar las tumbas constituía una profanación de los muertos.[10] Desenterrar las fosas comunes solo para cuantificar las cenizas y los restos óseos habría sido intrusivo e irrespetuoso, además de que generaría una fuerte polémica. Por lo tanto, se realizaron todos los esfuerzos posibles por perturbar las fosas lo menos posible.

    Un negacionista estadounidense del Holocausto y creador de videos de YouTube, bajo el pseudónimo de “Denierbud” (“el amigo negacionista” en inglés), se queja de lo mismo con respecto a Belzec y Treblinka. Sostiene que la “falta de búsqueda de evidencia física es impactante”. Luego, afirma que Kola fue elegido especialmente porque “ellos” sabían que él no encontraría nada que “no respaldara la historia”. Denierbud desea que ambos campos se excaven por completo para demostrar que no se trata de una “gran mentira”. Se presentan las mismas consideraciones éticas antes mencionadas a su reclamo —así como los planteamientos prácticos de excavar cada metro cuadrado hasta una profundidad de 6 m (20 pies).[11]

    Conclusión:

    Los negacionistas del Holocausto intentan limitar la cantidad de víctimas a, “como mucho, varios cientos de cadáveres”; esta reducción no tiene fundamento probatorio. Dos investigaciones independientes, con más de 60 años de separación entre sí, indican que los restos de unos 450,000 hombres, mujeres y niños judíos están enterrados en Belzec.

    PL Belzec extermination camp 10
    Campo de piedras que cubre las fosas comunes de Belzec. De Lysy (obra propia) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], a través de Wikimedia Commons

    NOTAS

    [1] Carlo Mattogno, Belzec in Propaganda, Testimonies, Archeological Research, and History (Theses & Dissertations Press, 2004), p. 79 en http://vho.org/dl/ENG/b.pdf.

    [2] Carlo Mattogno, Belzec in Propaganda, Testimonies, Archeological Research, and History (Theses & Dissertations Press, 2004), p. 87.

    [3] Carlo Mattogno, Belzec in Propaganda, Testimonies, Archeological Research, and History (Theses & Dissertations Press, 2004), p. 99.

    [4] Jonathan Harrison, Robert Muehlenkamp, Jason Myers, Sergey Romanov y Nicholas Terry, Belzec, Sobibor, Treblinka: Holocaust Denial and Operation Reinhard. A Critique of the Falsehoods of Mattogno, Graf and Kues, p. 383 en http://holocaustcontroversies.blogspot.com/2011/12/belzec-sobibor-treblinka-holocaust.html.  Seleccionar Google Docs, Rapidshare o Archive.org para obtener una versión en PDF (en inglés).

    [5] “Archeological Investigation: Belzec: A Review by Historians” en www.holocaustresearchproject.org/ar/modern/archreview.html.  Descárguese el estudio completo de Andrzej Kola, con el título de Belzec: The Nazi Camp for Jews in the Light of Archaeological Sources, Excavations 1997-1999 (Consejo para la Protección de la Memoria del Combate y del Martirio, y United States Holocaust Memorial Museum, 2000) desde www.scribd.com.

    [6] Andrzej Kola, Belzec: The Nazi Camp for Jews in the Light of Archaeological Sources, Excavations 1997-1999 (Consejo para la Protección de la Memoria del Combate y del Martirio, y United States Holocaust Memorial Museum, 2000), p. 40.  Descárguese el libro completo desde www.scribd.com.  Léase un extracto del estudio en http://www.jewishgen.org/Yizkor/belzec1/bel150.html.  Aunque Kola llegó a los 21,000 metros cúbicos, la cifra de 15,840 es el volumen ajustado estimado cuando se considera que muchas fosas tenían un tamaño irregular, lados probablemente inclinados y fondos desparejos.  Véase Jonathan Harrison, Robert Muehlenkamp, Jason Myers, Sergey Romanov y Nicholas Terry, Belzec, Sobibor, Treblinka: Holocaust Denial and Operation Reinhard. A Critique of the Falsehoods of Mattogno, Graf and Kues, pp. 387 en http://holocaustcontroversies.blogspot.com/2011/12/belzec-sobibor-treblinka-holocaust.html.  Seleccionar Google Docs, Rapidshare o Archive.org para obtener una versión en PDF (en inglés).

    [7] Carlo Mattogno, Belzec in Propaganda, Testimonies, Archeological Research, and History (Theses & Dissertations Press, 2004), p. 78.

    [8] Carlo Mattogno, Belzec in Propaganda, Testimonies, Archeological Research, and History (Theses & Dissertations Press, 2004), p. 87.

    [9] Andrzej Kola, Belzec: The Nazi Camp for Jews in the Light of Archaeological Sources, Excavations 1997-1999 (Consejo para la Protección de la Memoria del Combate y del Martirio, y United States Holocaust Memorial Museum, 2000).  Véase “The grave pits in Belzec”, pp. 21-40. Descárguese este ejemplar desde www.scribd.com. Véase el mapa detallado de las fosas comunes encontradas en el sitio y los diagramas meticulosos sobre las dimensiones y el contenido de las fosas comunes en http://holocaustcontroversies.blogspot.com/2006/05/carlo-mattogno-on-belzec_23.html.

    [10] Véase “Carlo Mattogno on Belzec Archaeological Research”, “Introduction” y “Part 1, 1. Nature and Purpose of Kola’s Archaeological Investigation” en http://holocaustcontroversies.blogspot.com/2006/05/carlo-mattogno-on-belzec.html.

    [11] Véase “One Third of the Holocaust” en http://www.youtube.com/watch?v=taIaG8b2u8I, aproximadamente a los 02:31 minutos.